Argentino exporta carne desde Chile a Europa.

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pixelLlegó al país hace tres años, con el holding trasandino Pérez Companc. Hoy, en forma independiente, con cinco productores exporta directo a Europa.

Juan Ignacio Bisso sabe de carnes. No sólo porque es argentino. Sino porque desde 1996 trabaja en el rubro. Fue por ella que llegó a Chile a fines de 2006. Se vino como gerente general del Grupo Friosa Chile, cuando lo  adquirió el holding trasandino Pérez Companc.

Pero cuando Bisso terminó su relación con Pérez Companc, no regresó allende los Andes sino que optó por Chile.
Sabía de la producción y de la industria chilena y estaba -está- convencido de que la ganadería nacional -aun en contra lo que muchos piensan- tiene un gran potencial para competir con las buenas carnes de la región.

Así, hace un año y medio creó Think Meat Agroindustrial, empresa que aplica un modelo integrado,  fórmula que es usada en otros países, pero que era prácticamente desconocida en Chile.

"Se trata de una iniciativa inclusiva donde se integra a todos los productores, que tiene relación con la calidad de los animales, más que con la cantidad", dice.
Como parte de su trabajo para Pérez Companc, Bisso había tomado contacto con ganaderos de Aysén.

"Al terminarse el proyecto del frigorífico muchos sienten que no tienen salida. En ese momento conversamos con algunos y decidimos trabajar a través de lo que llamamos el modelo del grupo de productores", relata el trasandino.

Faena individual

La tarea de Bisso es buscar tanto a nivel local como de mercado externo las opciones de comercialización de las carnes de los productores con los que se han agrupado.

Hasta ahí la novedad no es tanta. El cambio comienza cuando se procesa el animal. "Si bien se trabaja en base a un precio predefinido, que es el de mercado, cada animal del productor, se procesa en forma individual. Se realiza el desposte -que se contrata con Mafrisur- en forma diferenciada y supervisada directamente por nosotros. Así, al precio predefinido se le suman los rendimientos reales de sus animales, su calidad y también cómo se vendió y el precio que se pagó por sus distintos cortes en los diferentes mercados a los que accedió. Esto hace que cada ganadero reciba el pago real de lo que entregó, de acuerdo con la genética y al manejo que hizo", comenta.

Para esto trabajan con un equipo técnico especializado -parte del cual trajeron desde Argentina- que da soporte a toda la producción y que, además, está en las plantas. "Esto genera confianza a nivel de los productores".

Incentivo real

Algunos de los problemas de la ganadería nacional son la baja masa ganadera -en torno a 3 millones de cabezas- y el poco interés por someterse a los requisitos que impone el programa Pabco para acceder a la exportación, lo que ha llevado a que cada vez se exporte menos carne. De hecho,  en 2005 los envíos llegaron a 18.700 ton, pero en 2009 fueron sólo 4.490 toneladas, según datos de Odepa.

"Ocurre porque la masa ganadera se va reduciendo y no hay transformación de productores a Pabco. No hay un estímulo real para ser Pabco, pues significa una inversión importante en temas como trazabilidad, que no es compensada por los ingresos, ya que al no haber una diferenciación entre productores, los que hacen un mejor trabajo no reciben un diferencial en el retorno económico. Con el modelo de integración esto sí ocurre", explica Bisso.

La primera tarea que enfrentan con cada productor es visitar su campo, para estudiar y conocer el ganado, identificando a cada animal, y así tener un control claro de la producción, para que todo se refleje en el resultado final.

La fórmula aplicada por Think Meat están dando resultados. "En los primeros cinco meses -exportan desde  enero- ya tienen entre 5 y 12% de diferencial de precio sobre el de vara caliente", indica el director ejecutivo.

Además,  los recuperos de la faena también pasan a ser parte del valor neto final a liquidar a los productores.

Pero hay una ganancia extra:el ganadero recibe de vuelta información específica procesada que le sirve para mejorar su gestión.

"Se analiza toda la información tanto del producto como la de mercados. A través de los informes de faena y desposte, el productor recibe feed back, tanto de los aspectos destacados como de los indeseables de cada envío, pudiendo así mantener conductas o tomar acciones correctivas que hagan más eficiente su negocio Es decir, el ganadero se hace parte de la producción industrial y de la comercialización. Son herramientas de gestión que al final debieran traducirse en mejores resultados productivos y económicos", comenta.

Con calidad verificada

En el año y medio que llevan funcionando, se han posicionado a nivel local, donde ya están en grandes cadenas de supermercados y también están llegando a restaurantes, además de distribuidores y mayoristas y púbico general (tienen una tienda de retail de productos cárnicos en Vitacura).

En  los últimos cinco meses se metieron de lleno en la exportación a Europa -específicamente en Inglaterra, Bélgica, Suiza y Alemania-, que es donde se venden los cortes mejores y se obtienen  precios óptimos. Los resultados de estos primeros envíos fueron más que positivos, ya que, a pesar de no estar abierta la cuota libre de arancel acordada con la Unión Europea, obtuvieron retornos superiores a los usuales.

"Hemos tenido muy buena recepción porque a los europeos les interesa trabajar directo con los productores, ya que así se aseguran un abastecimiento y una calidad homogénea. En Europa están buscando alianzas a través de estos modelos. Nosotros no somos traders, lo que hacemos es entregar la carne del productor. Cobramos un fee de administración que está en los costos directos del productor", recalca Bisso. Es descontados esos costos directos que el retorno del productor ha sido entre 5 y 12% mayor.

Entre enero y mayo, Think Meat faenó más o menos 3 mil cabezas y despacharon cinco contenedores a Europa, lo que lo posiciona dentro de los primeros cinco exportadores del mercado nacional a Europa. Por ahora está trabajando con dos productores de Aysén, uno de Villarrica y uno de Osorno. "Partimos de a poco para ir enfrentando la oferta y no encontrarnos que teníamos más oferta que demanda. Pero poco a poco hemos ido creciendo y actualmente la demanda desde Europa está aumentando, por lo que incorporaremos nuevos productores".

Tienen proyectado llegar -por capacidad comercial- a unas dos mil cabezas mensuales, aunque este invierno esperan estar en torno a mil.
"Estamos posicionando un producto chileno en determinados clientes y en Europa. Por ello tenemos que continuar con este trabajo de selección de producto y productores", recalca.

Chile tiene carne similar a la de Argentina"

El trasandino es categórico: Hoy Chile no está posicionado en el mercado. "Cuando comienza la cuota libre de arancel, con tal de cumplirla sale producto que no es de la calidad óptima. Este país tiene ventajas  que le permiten llegar en muy buenas condiciones a Europa y que debe aprovechar. Poseen una condición sanitaria increíble y una posición arancelaria muy buena".

La de Bisso no es una apreciación al azar. Hay que considerar que viene de Argentina, país que ha sido por años uno de los primeros productores de carne del mundo, a pesar de tener aftosa, aunque cuenta con zonas libres con vacunación.

Y cuando se refiere a la condición arancelaria, está hablando de la cuota libre de arancel que -aunque hoy es de sólo 1.750 toneladas- es una oportunidad para acceder a precios más competitivos. "Si se llega con buen producto, aun pagando arancel, se accede a precios muy atractivos".

Además hay nichos disponibles que se pueden aprovechar. "Argentina ha incumplido en Europa, lo que significa que van quedando espacios y Chile tiene la carne de la calidad adecuada para poder llegar a ellos", enfatiza.

Reconoce, eso sí, que la calidad de la carne nacional es muy variada -producto de la alta atomización-, pero que se encuentra muy buena calidad. "Entre los que hacen Pabco A hay muy buenos animales, con 440 kilos de piso, en razas como Angus, Hereford o Clavel. A partir de eso es un producto digno de comparar con países como Argentina y Uruguay y que puede competir perfectamente en los mercados internacionales a pesar de los mayores costos".

Es enfático en que Chile puede hacer más por exportar. "Hoy Chile debería estar exportando el cien por ciento de su producción y estar consumiendo del circuito aftósico. Pero están consumiendo a nivel local producto apto para Japón, Estados Unidos y Europa. Acá se podría comer muchísimo más barato y los ganaderos obtener una rentabilidad mucho mayor que les hiciera más atractivo invertir en las mejoras que implica el sistema de Pabco".

En el mercado internacional de la carne, el producto argentino accede por lejos al mejor precio. Cerca de mil dólares menos, por tonelada, de lo que se paga por producto trasandino, es lo que vale la carne de Uruguay. Chile está entre dos mil y dos mil quinientos dólares por debajo del primero.

"Si logramos posicionar el producto chileno, podemos acercarnos a los valores mayores de la región y entonces podemos participar en el negocio y esa es una apuesta de continuidad en el mercado".

Quién es Bisso

Desde 1996 que Juan Ignacio Bisso está en el rubro. Partió en lo que en Chile se conoce como Cabaña Las Lilas (Nutryte S.A.); luego trabajó en Argentine Breeder & Packers, para en mayo de 2004 ingresar al Holding Pérez Companc como gerente de la unidad de negocios carnes, donde fue responsable de implementar el negocio de faena de carne bovina y luego ovina. En 2006 se convirtió en el gerente general del Grupo Friosa, del mismo Holding

Fuente: Revista de Campo, 28-6-2010.

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