Desesperados. Con esa palabra resume el biólogo Agustín Iriarte la actitud de los ganaderos frente a los supuestos ataques de los pumas. En el norte han llegado a envenenarlos. "Hemos encontrado pumas como momificados, lo que es señal clara de envenenamiento", cuenta Iriarte, quien ha trabajado en proyectos de monitoreo de este animal en el altiplano y ahora iniciará otro en La Araucanía por encargo del SAG.
Mucho más al sur, en las estancias magallánicas, se paga hasta 60 mil pesos por cada cabeza. En muchas existen especialistas en su captura, los llaman leoneros.
Por supuesto, todo esto es ilegal, ya que el animal goza de la protección de la ley de caza, lo que implica que si los infractores son sorprendidos, reciben fuertes multas, salvo que tengan un permiso de caza excepcional, el que se concede muy rara vez.
Hasta 2013
Mientras tanto, los reportes de ataques se multiplican por el país. Sólo en Canela (IV Región), entre 2008 y 2009 los crianceros denunciaron 198 muertes de ganado atribuidas a pumas. En San Fernando (VI Región), ganaderos reportaron 160 ovejas atacadas en la zona precordillerana en los tres últimos meses de 2010.
Como el tema se ha transformado en un problema en todo el territorio, desde el año 2009 que el SAG impulsa un plan nacional de conservación, que se prolongará hasta 2013. éste incluye evaluación de la población, entrega de información y una estrategia para reducir el impacto de los ataques.
La idea, explica Alejandro Donoso, jefe de protección de recursos naturales renovables del organismo, es que conviva la vida silvestre con la actividad productiva y buscar mecanismos para que los ganaderos mejoren sus prácticas. "Los cercos son inadecuados, no entran los animales a corrales en la noche, lo que predispone al ataque de los pumas", asegura.
Han iniciado una capacitación a nivel nacional para los pequeños comuneros y agricultores para enseñarles a reconocer entre los ataques de puma y de otros animales. "Muchas veces se le echa la culpa al puma de la matanza de ganado, pero en bastantes ocasiones han sido perros asilvestrados", afirma.
En cambio, para los ganaderos no hay dudas. "De partida, deja su tremenda huella, y las heridas que hace a los animales que come, el zorro y perro no las dejan. Además, tiene una conducta de esconder las presas que ha cazado con ramas y hojas", afirma Rodrigo Prado, veterinario y asesor ganadero en la zona de Petorca, área donde últimamente se han producido ataques.
Asegura que antes sus principales presas eran los potrillos, a los que atacaba en período de verano, pero hace poco comenzó a comer terneros. "Durante todo el año se acerca a los corrales de crianceros y comen caprinos y si tienen ovinos, también", dice.
Como medida de resguardo, el SAG introdujo perros dentro de los rebaños, especialmente en Aysén. "Un macho de perro es medio amamantado por la oveja, por lo que se cree una de ellas y acompaña al grupo. Si aparece el puma da la alerta con ladridos" explica Iriarte. También funcionan los encierros con malla metálica de 2,5 metros de alto.
Si bien la población del puma ha aumentado en Chile, especialmente en parques nacionales como Torres del Paine, todavía se considera una especie frágil. "En las áreas protegidas hay mayor protección, pero en las zonas agrícolas no hay información suficiente sobre su densidad poblacional o distribución, lo que hace difícil diseñar planes de mitigación. Por eso estamos haciendo estudios regionalizados", dice Donoso.
La última actualización de su estatus de conservación lo define como una especie casi amenazada, es decir, no está en peligro, pero podría estarlo si su situación empeora.
Fuente: El Mercurio, consultado el 20-6-11.