Foto 1. Diagnóstico de gestación a través de ultrasonografía en predio demostrativo Marchigüe. (Fuente: http://ficovino.agronomia.uchile.cl/ )
La región de O’Higgins tiene una población de 157.648 cabezas de ovinos (INE, 2007) lo que representa el 4,1% de la masa ovina nacional. El 67% de esta masa se encuentra en la Provincia de Cardenal Caro, en especial en las comunas de La Estrella, Litueche y Marchigüe, mientras que la Provincia de Colchagua aporta con el 31%, en especial las comunas de Chépica y Lolol.
En las comunas antes mencionadas, cerca de 1250 productores (48% de los productores de la región) se dedican al rubro ovino (INE, 2007), siendo este uno de los más importantes junto con los cereales, los cuales se producen principalmente bajo condiciones de secano. La ganadería ovina se basa en la utilización de pastizales naturales (espinales) y ocasionalmente en el uso de los rastrojos que quedan posteriores a la cosecha de los cereales. La superficie de pastizales naturales de la región es del orden de las 607.000 ha, su producción promedio oscila entre los 600-1500 Kg/ha. Estas praderas se encuentran en diversos estados de degradación y de acuerdo a su productividad les permite sustentar entre 0,5 y 1,2 ovejas/ha/año. Sin embargo, gran parte de la masa ovina de la región basa su producción casi exclusivamente en el uso de este tipo de pastizales. En los pequeños productores predomina la producción ovina de carne, utilizando la raza suffolk o mestizos con esta raza, mientras que en grandes productores se utilizan ovinos doble propósito (raza merino precoz), donde la producción de lana también es importante. Bajo estas condiciones, la producción de carne puede fluctuar entre 25-27 kg/ha, mientras que la de lana puede oscilar entre 1 a 3 kg/ha dependiendo del tipo racial utilizado. Generalmente los rebaños ovinos se encuentran envejecidos, con alta consanguinidad, el manejo zootécnico es precario y la suplementación estratégica no es una práctica común. A lo anterior se le suma una excesiva carga ganadera y la inexistencia de prácticas de manejo del pastoreo. A través de este proyecto se persigue implementar la aplicación de normas de manejo pastoril, zootécnico y nutricional que permitan por una parte aumentar la oferta forrajera con el consiguiente aumento en la productividad animal, para en definitiva mejorar la rentabilidad de los sistemas de producción ovina, obteniendo productos de alta calidad y homogeneidad.